¿Cómo defenderse y navegar con seguridad?
La mejor manera de mantenerse protegido ante los correos
tramposos es facilitar la dirección de correo electrónico personal únicamente a
las personas allegadas sin que, en ningún momento, queden registrados en alguno
de los servicios de la red en los que se solicita al usuario una inscripción
inicial para entrar. Sin embargo, esta máxima no siempre es posible, ya que son
muchas las ocasiones en que es imprescindible dejar una dirección de correo,
como en el momento de contratar un billete aéreo on line o de realizar
cualquier compra. En estos casos se puede optar por un email desechable como
los de Spamgourmet.com que se autodestruyen en unos minutos, o de los servicios
análogos de Yahoo! Mail que permiten crear decenas de emails de usar y tirar.
Otra precaución a tener en cuenta es no contestar a las
cadenas de mensajes masivos (generalmente jocosos) que corren por la Red entre
amigos. Ante la invasión de correos como estos es importante pedir que nos
eliminen del envío porque cualquiera que esté incluido puede ver las
direcciones de los demás. Esta es una de las principales vías de entrada de los
estafadores, ya que muchos ordenadores están infectados por programas espía que
captan estas direcciones para revenderlas.
Afortunadamente, la eficacia contra los correos electrónicos
no solicitados (lo que se conoce como ‘spam’) de los servicios de correo online
(como Gmail o Yahoo! Mail) es muy alta, y filtra la mayoría de mensajes. Pero
siempre se cuela alguno, por lo que conviene eliminarlo y enviarlo a la carpeta
de ‘spam’ ante la mínima duda sobre el origen y asunto de un correo.
Tampoco hay que fiarse de las direcciones web que se ofrecen
en los ‘correos trampa’, aunque sean del tipo ‘https’ (lo que se conoce como
conexiones seguras).
El correo que contenía el texto con el que se ha iniciado
este reportaje ofrecía una conexión teóricamente segura (comenzaba por ‘https’)
que, sin embargo, llevaba al usuario a una página trampa, por lo que el inicio
‘https’ es una condición necesaria para que una página de pago sea segura, pero
no suficiente.
Para rematar, se hizo la prueba del filtro anti-phishing
delnavegador Internet Explorer 7, y éste certificó la página como buena. ¿La
solución?
No entrar nunca a la página de nuestro banco haciendo clic
en el enlace de un correo electrónico o de otra página web y escribir siempre
‘a mano’ en el navegador las direcciones más comprometidas.
Ni siquiera guardarlas en favoritos. No hay que olvidar que
los bancos no piden las claves del usuario porque ya las conocen.
MEDIDAS PARA COMPRAR CON SEGURIDAD
La mayoría de webs de comercio electrónico (las que venden entradas
para espectáculos, libros, discos o cualquier otro servicio) tienen hoy
sistemas de seguridad más que eficientes. Dejar los números de las
tarjetas en estos servicios no tiene por
qué ser peligroso. Sin embargo, hay una serie de reglas fundamentales para
evitar disgustos: # No comprar en cualquier sitio de la Red.
Buscar siempre los más renombrados o pertenecientes a
empresas reconocidas.
# Comprar siempre que se pueda contra reembolso. En su
defecto, se pueden utilizar servicios de micropagos específicos para la Red
como PayPal, que son cuentas que el usuario recarga periódicamente según su
necesidad, pero que no muestran sus datos bancarios.
# Asegurarse de que el servicio ofrece la posibilidad de
emitir una factura, tal y como obliga la ley. Es una garantía de seriedad.
# Comprobar que la página donde se dejan los datos de la
cuenta es del tipo ‘https’. Se muestra un candado o una llave en la barra de direcciones
y ésta, además, tiene un color diferente.
Sólo así nos aseguraremos de que nadie “capta” la
transacción en el camino.
Fuente: www.consumer.es
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