IV
Relación entre el fraude y la e-confianza
Estudio sobre el fraude a través de Internet
El fraude tiene dos consecuencias directas sobre los
usuarios: en primer lugar, la ya analizada pérdida económica tangible en caso
de que el ciberdelincuente consiga su propósito; en segundo lugar la posible
pérdida de confianza que los internautas pueden experimentar tras ser víctimas
de una situación de fraude. Este segundo efecto, quizás menos nombrado que el
primero, no es en absoluto trivial e incide en el desarrollo y consolidación de
la Sociedad de la Información. (Tampoco debe obviarse el hecho de que ciertos
tipos de fraude pueden tener otras consecuencias, como la posibilidad de ser
detenido por colaboración en blanqueo de dinero, en el caso de los muleros, o
el posible riesgo de la integridad física durante el desarrollo de los timos
nigerianos. Además, algunas de las vertientes del fraude llegan a tener incluso
consecuencias para la integridad física del usuario, como hay constancia en
ciertos casos de timos nigerianos que han derivado en secuestros y/o amenazas
físicas.)
El nivel de confianza en Internet para realizar operaciones
económicas es alto: aproximadamente 6 de cada 10 usuarios muestran mucha o
bastante confianza en la utilización de banca electrónica.
•
A pesar de este considerable nivel de confianza en Internet
como canal de realización de transacciones económicas, los ciudadanos siguen
mostrando más confianza en la utilización del servicio en persona. En cualquier
caso se aprecia una tendencia positiva: el porcentaje de ciudadanos que afirma
confiar mucho y bastante en las operaciones que implican pagos y transacciones
económicas a través de Internet se incrementa trimestre tras trimestre.
•
El haber sufrido un intento (no consumado) de fraude no
influye significativamente en los hábitos de uso de compra y banca electrónica:
tras haber sufrido un intento de fraude, un 83,3% de los usuarios mantiene
invariables sus hábitos de compra en Internet y un 90,3%, sus hábitos de banca
electrónica.
•
Cuando el intento de fraude deriva, efectivamente, en un
perjuicio económico, la situación es diferente: en este caso, a pesar de que la
respuesta mayoritaria sigue siendo la no modificación de los hábitos de compra
y banca electrónica, se aprecia una considerable proporción de usuarios que
cambia sus prácticas o incluso abandona el servicio. Las tasas de abandono son
ciertamente minoritarias (en torno al 4%), incluso entre los ciudadanos que han
experimentado una pérdida económica, y parece que suponen un indicio de que
ambos servicios, en especial la banca, se han hecho difícilmente sustituibles
entre sus usuarios. Se debe tener en cuenta este indicador, en tanto en cuanto
constituye un indicio muy fiable del nivel de e-confianza de la ciudadanía.
En conclusión, el fenómeno del fraude es una realidad a
nivel nacional e internacional. A pesar de las dificultades metodológicas para
ofrecer una única cifra válida y homogénea, los datos disponibles para la
realidad española son coherentes y en línea con las tendencias apuntadas por
organismos nacionales e internacionales.
Para combatir el fraude es clave, por un lado, la
observancia de pautas de seguridad y la generalización en la adopción de
herramientas por parte de los usuarios. Por otra, es necesaria la actuación
conjunta de todos los actores implicados: administraciones, empresas de
seguridad y sector bancario, entre otros. En la actualidad, se están haciendo
esfuerzos decididos en este ámbito, que se deberán potenciar en el futuro de
cara a construir un sólido nivel de e-confianza entre la ciudadanía.
Fuente: El “Estudio sobre el fraude a través de Internet” ha
sido elaborado por el equipo de trabajo del Observatorio de la Seguridad de la
Información y el equipo de trabajo del Centro de Respuesta a Incidentes de
Seguridad (INTECO-CERT) del Instituto Nacional de Tecnologías de la
Comunicación:
Pablo Pérez San-José (Coordinador equipo Observatorio)
Susana de la Fuente Rodríguez
Laura García Pérez
Marcos Gómez Hidalgo (Coordinador equipo CERT)
Javier Berciano Alonso
Luis Blanco García
Elena García Díez
Manuel Ransán Blanco
Sandra Salán Clares